“Esa desinformación que tienen los estudiantes existe, pero en el lado del profesorado tampoco lo tenemos claro”

María Soledad Rodríguez Esperanza. Fuenlabrada.- Esther Martínez Pastor (Madrid, 1973) es la nueva coordinadora del Grado de Publicidad y Relaciones Públicas de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) en Fuenlabrada. Al ocupar su cargo en una época de cambio para el mundo de la enseñanza universitaria, debe informarse de todas las adaptaciones del cambio de Licenciatura a Grado. Uno de los problemas más frecuentes son los créditos, y afirma que los alumnos no son los únicos que sufren esta transformación.

Pregunta.
¿Cuál es la principal diferencia entre los créditos de libre elección y los créditos ECTS?

Respuesta. En primer lugar, en los últimos hay una carga en la que el alumno tiene que estudiar por sí solo y hay otra función que, lógicamente, es parte del profesor. La correspondencia entre estos dos tipos , es que el primero es 1, y el último corresponde a un cuarto del anterior. Con lo cual, su equivalencia a priori, da a parecer que se tenga que hacer más, pero el trabajo también cae sobre el profesor.

P. El Plan Bolonia lleva implantado un año, ¿por qué no se informaba a los alumnos de que los créditos que se concedían eran de Libre Elección?

R. Se está implantando ahora y por eso hay un poco de confusión, de forma general. En el tema de jornadas, nosotros mismos, los profesores, cuando vamos a hacer un evento pensamos en los créditos antiguos y en la transformación a la nueva normativa, nos preguntamos cuántos son exactamente. El problema fue que nadie se arriesgaba a poner su equivalencia en los actuales, porque no lo sabíamos, realmente. Hasta que no entendimos que un crédito es un cuarto para el ECTS no lo decidimos. Pero esa misma desinformación que, a veces tienen los estudiantes, existe, no es porque nosotros la dejemos pasar es que, en el lado del profesorado tampoco lo tenemos claro. Quizá, el problema, venga de arriba, que no se aclaran en dar esa información hacia abajo.

P. ¿Qué opina sobre la nueva normativa: cree que beneficia al alumnado o que entorpece su aprendizaje?

R. Bolonia, al ser una Universidad pública, entiendo que, desde el carácter institucional se tiene que admitir a un número mayor de alumnos. Esto, por un lado está muy bien, pero, como manera de implantar un plan donde se requieren aulas con muy pocos estudiantes, es una incompatibilidad. Sucede que la universidad necesita el dinero de los alumnos, y estos necesitan ir a la misma, y que no cueste cara. Al final tenemos el problema el profesorado y el alumnado. Implantar Bolonia es una proeza, no sólo por la persona que estudia que va a hacer un grupo de 5, donde hay 2 que no hacen nada, es incontrolable, que el profesor se vuelve loco con tantos trabajos escritos. El estudiante viene con una mentalidad en la que estudia y luego vomita, porque no está acostumbrado a reflexionar.


P. ¿Qué ventajas e inconvenientes le ve al cambio de la modalidad de los créditos?

R. Tiene una serie de pros y contras. En el sistema de créditos de la licenciatura, el alumno tenía que hacer 6, y en el nuevo programa tiene que hacer muchos más. Esos 6 equivaldrían a los de libre elección a unos veinte. Yo no creo que el inconveniente sea el crédito, sino la implantación de Bolonia. Es sólo un anexo de todo ese gran plan. Uno de los problemas que tienen los estudiantes, que yo entiendo, es el tema de las jornadas que, a diferencia de antes, que se podía ir a 6 como asistente, ahora tienen que ir a más.
P. Como conclusión final ¿piensa que se ha implantado con prontitud el plan?
R. Nunca es tarde ni pronto. Se ha implantado porque tenía que hacerse, y saldrá como salga. Poco a poco, entre todos nos concienciamos de que ya no existe la Licenciatura. Entrar en cuestiones de si está bien o mal es la opinión de cada uno.

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