La reprografía de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) sufre aglomeraciones diarias a causa de los exámenes. Bolonia ha adelantado las pruebas, finaliza el primer cuatrimestre y los alumnos fotocopian masivamente apuntes, programas y trabajos de última hora.
Este año las fechas de exámenes han sufrido una modificación: se adelantan un mes. Esto supone un problema para los alumnos que, además de tener que ponerse a estudiar antes de lo que suelen estar acostumbrados, se encuentran con las vacaciones de Navidad justo antes de la convocatoria de enero. Algunos viven fuera, otros aprovechan para irse de viaje o simplemente no ven a sus compañeros. Por lo tanto, necesitan copiar sus apuntes rápidamente. Y eso supone esperas.
El servicio de reprografía, perteneciente a Copyred S.A, cuenta con cinco empleadas por la mañana y cuatro por la tarde. Nueve máquinas funcionando sin descanso y un ordenador, propiedad de la universidad, para imprimir el contenido de “pendrives” y envíos desde los ordenadores del campus es todo el equipamiento que se puede encontrar allí. Pero las largas colas de alumnos que se forman, sobre todo frente a este último servicio, hacen pensar que no es suficiente.
Los usuarios disponen del servicio desde las 9.00 horas hasta las 19.00, interrumpido por una hora de descanso de las empleadas entre las 14.30 y las 15.30. La subencargada, Laura Benito, afirma que la mayor afluencia de alumnos se da en intervalos de media hora desde las 10.30 hasta las 16.30, principalmente. “Y a las 18.45. A esa hora nunca falla”.
Una solución posible, según las trabajadoras de reprografía, sería que los alumnos diesen más uso a las máquinas fotocopiadoras que se encuentran en la biblioteca, para las que hay que utilizar la tarjeta-monedero de la URJC, recargable allí mismo o en la copistería. O, si no como solución, al menos ayudaría a moderar la saturación en el local, situado en el edificio de restauración del campus de Fuenlabrada.
Pero la medida más apropiada sería conseguir un mayor número de máquinas para lograr una mucha más rapidez, algo imposible ya que el espacio es sumamente reducido. “No puede haber más empleados ni más máquinas. El local es muy pequeño, necesitaríamos mucho más sitio”, defiende la subencargada. Y es cierto, no hay lugar suficiente para albergar más equipamiento ni personal. Ni tampoco clientes.
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