Comisiones Obreras, el Sindicato de Estudiantes y la Unión General de Trabajadores se muestran en contra de la rápida implantación del plan

María Soledad Rodríguez Esperanza. Fuenlabrada.- Hoy en día, la acción sindical reside en todas aquellas instituciones y en la mayoría de las empresas con el fin de proteger los derechos y libertades de los trabajadores, sea cual sea su profesión. Una Universidad no es menos, y por ello, varios sindicatos planean asambleas y actividades para poder facilitar, no sólo la vida laboral de los profesores y el personal docente, también actúa en el ámbito de los estudiantes.

La Universidad Rey Juan Carlos cuenta con su propia sección sindical, con sede principal en el Decanato de Móstoles, y con representación en todos los campus. Algunas de estas organizaciones poseen un renombre como Comisiones Obreras (CCOO), la Unión General de Trabajadores (UGT, hermanada con el Consenso General de Trabajadores o CGT) y el Sindicato de Estudiantes (SE) que, aunque en su título se refiera especialmente a los alumnos, se preocupa también por el profesorado.

Todos estos sindicatos tienen la obligación de escuchar quejas y peticiones de todos aquellos a los que representan, y además les toca ser la voz principal para resolver los problemas que puedan surgir. Convocan asambleas, promueven manifestaciones y hacen elecciones para sus representantes. Uno los temas de mayor repercusión en el ámbito académico durante los últimos años ha sido la nueva implantación del Plan de Estudios Europeos, o más conocido como Plan Bolonia, que comenzó a impartirse en la Universidad Rey Juan Carlos en el curso pasado, 2008/2009.

El Plan Bolonia, como idea, está difuso, hay división de opiniones: por una parte beneficia al estudiante con mayor atención, más prácticas y la ventaja de no jugárselo todo en el último examen, pero por otro dicen que afecta al académico porque se reducen las asignaturas, las carreras están incompletas de contenido y por ello, es necesario (en la mayoría de los casos) en realizar un máster o posgrado para la especialización, con unos precios “desorbitados”, según declaran fuentes del Sindicato de Estudiantes.

Para la Unión General de Trabajadores (UGT) el Plan tiene “carácter mercantilista”, como alegando que las Universidades hacen negocio a costa de los estudiantes. Y el Sindicato de Estudiantes no para de repetir y de echarle la culpa al Gobierno de que “quieren sacar al hijo del obrero de la Universidad”.

Comisiones Obreras (CCOO) añade que la implantación supone un descontento general, hay mucha queja como afirma Laura Nuño, la Secretaria General de CCOO de la Universidad Rey Juan Carlos, pero las quejas no sólo se centran en el alumnado, los profesores deben adaptar su modelo de enseñanza a los nuevos tiempos y eso supone un problema. La idea principal del sindicato es la implicación que han tenido los estudiantes respecto a la adaptación, hay desinformación y falta de consulta, no se ha pedido opinión, se implantó de manera rápida y puede traer problemas a la larga.

Pero, realmente, ¿qué es Bolonia? Un nuevo plan de estudios que surgió con una declaración entre 29 países europeos que le da nombre, firmado el 19 de julio de 1999 y apoyado por el Gobierno de por aquel entonces. ¿Y los objetivos de éste? El cambio de Licenciatura (duración de cinco años) o Diplomatura (tres años) a Grado (cuatro años), clases más reducidas, más prácticas, un examen final que no consta apenas el 50% de la nota, la validez del título en la Unión Europea, mayor atención al alumno y obligatoriedad (no en todos los casos) de la asistencia a clase, pues también influye en la nota final. Esto reduce que un estudiante pueda compaginar la Universidad con un trabajo.

Sea lo que fuere, Bolonia ya está aquí, y para ver los auténticos resultados en el mundo laboral habrá que esperar, al menos, cuatro años.

0 comentarios:

Publicar un comentario