¿Conflicto o conspiración?

Las universidades madrileñas vuelven a sufrir recortes en los presupuestos

Pablo Recuenco Pizarro. Fuenlabrada.- La reducción del presupuesto de la Comunidad de Madrid a las universidades públicas, lejos de ser un conflicto regional va camino de considerarse una conspiración nacional. Los protagonistas, varios; el escenario, Madrid; la responsabilidad de la situación, generosamente repartida; la solución, la de siempre, joderse y aguantarse.


Antecedentes

Lejos de ser un conflicto de relativa novedad, la situación se alarga más de un año atrás. El pasado septiembre de 2008, se produjo un recorte, sin previo aviso, del 30% del presupuesto destinado a universidades públicas por parte del gobierno de Esperanza Aguirre. Significaba una “reducción del gasto público como consecuencia de la situación económica de crisis global”, apuntaba la presidenta.

El recorte se estimaba, según la Conferencia de Rectores de la Comunidad de Madrid (CRUMA), en unos 108 millones de euros (curiosamente el mismo coste que lo invertido por el ejecutivo madrileño en publicidad institucional al año), que afectaban directamente al denominado Capítulo 1, con que se pagan los gastos de personal, o sea, profesores, en su mayoría. Las movilizaciones por parte de los sindicatos UGT, CC.OO y CSIF en conjunto con los sindicatos de estudiantes y los rectores exigiendo el cumplimiento del Plan de Financiación Universitaria firmado el 22 de diciembre de 2006 para el período de 2007-2011, derivaron en un acuerdo verbal con el gobierno de Madrid para el pago de dichas nóminas.

Gobierno Central

Pero el asunto no quedó ahí, la Consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar, mandó una carta, el pasado 16 de Octubre de 2008, a los profesores explicando el problema de financiación de nóminas haciendo responsable como origen del problema al Gobierno Central, olvidando la excusa de la crisis esgrimida días antes por su Presidenta : “El pasado día 2 de septiembre el Gobierno de España comunicó a la Comunidad de Madrid la retención de un pago de 418 millones de euros que debía abonar al Gobierno regional en 2008. Todos los madrileños, incluidas instituciones tan necesarias para nuestro futuro como las universidades públicas, se han visto afectados por esta injustificada medida”. “De nuevo quiero reiterar que los salarios están garantizados”. El pasado mes de diciembre, dos meses más tarde de la carta publicada por la consejera, y tras la congelación de plantilla de la Complutense ante la falta de recursos, o los innumerables malabarismos de los rectores madrileños para hacer frente a los pagos, las universidades seguían reclamando el impago del importe equivalente de los salarios del personal docente, desde septiembre a diciembre, tal y como había prometido Lucía Figar. Finalmente se llegó a un acuerdo.

Inversiones

Tras varios meses sin conflictos entorno a las universidades madrileñas, Esperanza Aguirre ha presentado otra reducción en los presupuestos a las universidades en materia de Inversión para 2010 que incluyen las llamadas infraestructuras. “El problema no es que la universidad de turno no pueda construir un edificio más moderno y más bonito, sino que no se pueden comprar libros, no se puede arreglar el ascensor o comprar programas informáticos”, indica la CRUMA que ha solicitado más de una reunión con la presidenta desde el pasado mes de noviembre. Según fuentes de la Conferencia de Rectores, la reducción en inversiones habría sido del 80% con respecto a lo convenido en el Plan de Inversiones firmado para 2010, lo que supone un problema para el desarrollo y potenciación del Plan Bolonia por la falta de recursos para la adaptación de dicho sistema.

Reacciones

El rector de la universidad Rey Juan Carlos (URJC), Pedro González-Trevijano, en una entrevista a ABC dijo: “A los rectores, se nos hace difícil entender que el presupuesto medio baje un 2,7% y a las universidades se nos eleve ese recorte hasta un 4%. Estamos dispuestos a apretarnos el cinturón como estamos haciendo, pero no entendemos por qué somos diferentes. Personalmente vería con buenos ojos un calendario para sufragar las pagas extras y el reconocimiento de la deuda tanto general como en inversiones. En definitiva, un gesto del Gobierno regional”.

Los sindicatos ven esta situación como un primer paso hacia la privatización de las universidades. Las acciones se repiten exactamente igual que las del ejercicio anterior: manifiestos de la CRUMA demandando el incumplimiento de los pagos, movilizaciones de sindicatos y rectores frente a la Consejería de Educación, y tan sólo una novedad con respecto al año pasado: la universidad Complutense se ve obligada a cerrar su biblioteca en el período navideño con el fin de ahorrar dinero en personal y energía. Simboliza claramente la difícil situación por la que están pasando las universidades madrileñas ante el recorte de inversiones.

Nadie responde ni asume responsabilidades, esgrimen excusas acusadoras para eximirse de toda culpa. Los rectores de las seis universidades madrileñas son auténticos magos circenses a la hora de compensar gastos con los escasos beneficios. La crisis mundial es utilizada de marco contextual al que todos se aferran y, entre tanto, la Complutense cierra sus puertas en navidad por primera vez en su historia. Las empresas se muestran dispuestas a hacer inversiones en universidades, eso sí, privatizándolas. ¿Conflicto o conspiración?