David Mosquera, alumno de la universidad Rey Juan Carlos: “En invierno la pereza aumenta al mismo ritmo que la duración de las noches”

David Mielgo Pardo. Fuenlabrada.- David Mosquera es un estudiante que vino desde su ciudad natal, Vigo, hasta el campus de Fuenlabrada de la universidad Rey Juan Carlos, en la que está cursando tercero de la licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas. Es un gran amante del deporte, pero afirma que con los tiempos que corren, hacer deporte con una rutina es “prácticamente imposible”.

Pregunta. ¿Qué le dice esta frase? Es saludable realizar deporte todos los días.

Respuesta. Tiene toda la razón del mundo, pero hoy en día practicar deporte a diario es algo que resulta prácticamente imposible, la gente vive al cien por cien y es muy complicado realizar cualquier tipo de actividad física.

P. ¿Con que frecuencia realiza usted deporte?

R. Prácticamente nada. Antes de empezar la universidad e incluso el primer año jugaba dos o tres días por semana, pero entre trabajos, apuntes y libros no saco tiempo para nada.

P. Aparte de las actividades académicas, ¿qué otras cosas hace a lo largo del día?

R. Hay que tener en cuenta que vivo sólo. La comida, la ropa, la limpieza. Son cosas que no se hacen solas, y el poco tiempo que me queda lo empleo para estar sentado en el sofá viendo la televisión. Es una vida muy dura la del “estudiante desplazado”.

P. ¿Qué deportes suele practicar?

R. No descarto nada, me gustan multitud de deportes colectivos e individuales, pero si tengo que elegir, baloncesto y fútbol, aunque últimamente el único esfuerzo que realizo es mental, y el poco ejercicio físico se basa en hacer la compra e ir a la universidad.

P. ¿Qué opina acerca de las instalaciones deportivas del campus?

R. Son fantásticas. La verdad es que este campus es uno de los más modernos que hay en la comunidad de Madrid: pádel, varias pistas de fútbol 7, el campo grande de fútbol, canchas de baloncesto. tiene muchísimas cosas y me da un poco de pena no darles más uso, aunque en esta época del año la pereza aumenta al mismo ritmo que la duración de las noches.

P. ¿Se ha informado alguna vez sobre las escuelas deportivas que existen en el campus?

R. Estuve mirando algunas cosas en las que ofrecían créditos de libre elección, pero no me convenció ninguna de las actividades propuestas. Bien porque no sabía lo que era o bien porque me parecía un deporte femenino, como el aerobic, así que decidí no apuntarme a ninguna y sacar esos créditos con algún seminario.

P. ¿Cómo ve el fomento del deporte por parte de la universidad?

R. Lo hacen bien. Proponen muchísimas cosas que hacer y cada poco están enviándonos correos de cursos, deportes nuevos y seminarios, así que pienso que lo están haciendo muy bien, aunque en el apartado de escuelas deportivas deberían ampliar más las posibilidades que ofrecen a los alumnos. De hecho oí que había una clase llamada “Pa Kua”. Me gustaría saber qué es eso, aunque seguramente nunca lo sabré.

P. ¿Ha seguido algún enfrentamiento del equipo de fútbol 11?

R. Uno de mis compañeros de piso juega en ese equipo, así que sí, he estado en dos o tres partidos, aunque fueron auténticos desastres.

P. Últimamente se han vertido duras acusaciones sobre el entrenador ¿Qué opina del juego de este equipo?

R. El entrenador no sabe muy bien el significado de su puesto. Cada uno juega como le parece y según mi compañero de piso, “juega de titular el que más afinidad tenga con él”, y con esa actitud, el equipo no va a ser más que una banda de chavales sin juego en equipo, un equipo de barrio básicamente.

P. ¿Qué haría si le ofreciesen una beca de deporte?

R. Me aferraría a ella con todas mis ganas. Seguro que tardarían menos en pagar, no como las del ministerio, que están muy mal organizadas.

P. ¿Qué problemas ha tenido con la beca del ministerio?

R. Al venir desde Vigo, es necesario alquilar un piso, y mientras estudio, es imposible sacar tiempo para conseguir un trabajo, y menos con la crisis por la que estamos pasando, así que llegar a fin de mes y tener que pagar el alquiler se convierte en una odisea, y hasta enero o febrero no recibiré el dinero de la beca, aunque estoy más que contento con la cantidad.

P. Por último ¿Qué le diría a la gente que cree en el culto al cuerpo?

R. Que no conocen lo que es dar un paseo por la orilla del mar y después llegar a casa y comer un plato de la comida de mi abuela. Eso sí que es cultivar el cuerpo.