Los hurtos aumentan cada vez más en la Universidad Rey Juan Carlos

Paloma Viudes. Fuenlabrada.- Los hurtos en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) son cada vez más numerosos. Los descuidos por parte de los estudiantes suelen ser la clave que permite el acceso de estos delincuentes a llevar a cabo las sustracciones.
Ya sólo en el pasado curso (2008-2009), se denunciaron aproximadamente ciento cuatro hurtos, llevados a cabo en los diferentes campus de Móstoles, Vicálvaro y Fuenlabrada.

Actualmente, en los casi dos meses que llevan los estudiantes de curso lectivo, se han producido seis robos y cuatro en tan sólo una semana según los informes de denuncia recogidos por la universidad.

El primero de ellos se produjo en uno de los “botellones” de comienzo de curso, uno de los escenarios más propicios en los que el ladrón puede actuar de forma exitosa debido a que los agentes de seguridad ponen más atención en desalojar este tipo de “fiestas” ilegales que en vigilar el resto del campus. El ladrón rompió la luna de un coche y se llevó tanto la radio como una mochila que había en el interior según enuncian los responsables de seguridad.

Los otros tres robos se produjeron en diferentes edificios de la Universidad. “Fui un momento al baño y cuando regresé ya no estaba, fue visto y no visto”. Éste es el testimonio de una de las alumnas afectadas. Se encontraba haciendo un trabajo en una de las mesas de la biblioteca cuando decidió ir al baño muy rápidamente, siendo consciente de que allí quedaba su portátil. Después de tan solo un minuto, regresó y su portátil ya no estaba.

Otro de los robos se produjo en el comedor de la universidad. Testigos presenciales vieron cómo dos chicas adolescentes de nacionalidad peruana sustraían a un chico su ordenador portátil. Una fingía que se le caía una chaqueta y, mientras que la víctima se agachaba para cogerla, la otra aprovechaba la distracción de éste para sutilmente hurtarle el portátil.

Según los miembros de seguridad de la universidad es muy difícil actuar ante este tipo de actos.”Es muy difícil pillar a este tipo de gente con las manos en la masa”. Y se hace aún más difícil cuando son sólo tres los agentes que hay en cada turno.
Una de las normas de uso de la biblioteca de la URJC de Fuenlabrada publicadas en la página web de la misma es la siguiente: “La biblioteca no se hace responsable de los posibles robos o sustracciones debidas al mal uso de la sala, así como de los objetos personales depositados en ellas”. Dado que la Universidad no se hace responsable de estos hurtos, tanto los agentes de seguridad como las bedeles y señoras que trabajan en la biblioteca recomiendan, como es lógico, que ningún alumno deje sus objetos de valor en cualquier sitio. Ni siquiera en descansos breves, ya que cualquiera podría ser la siguiente víctima.

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