Miguel Mirón Pérez. Fuenlabrada.- El pasado jueves tuvo lugar en el Campus de Fuenlabrada la representación de la obra de teatro Farsas Maravillosas de Alfonso Zurro, dónde se interpretaron tres obras de las siete que componen el libro: El Farsón de la niña araña, La Farsa del hombre que voló, y La minifarsa de la tragedia de Tirteno, de su esposa Talea y del hijo de ambos, Palonio.


La representación, que se realizó en el Salón de Actos de Fuenlabrada, se desarrolló en un escenario sencillo, compuesto simplemente por una cortina de ducha, una alfombra de baño, un inodoro, y una gran cantidad de rollos de papel higiénico. No necesitaba nada más para arrancar las risas del público. Siguiendo con esta simplificación, el reparto de personajes estaba constituido únicamente por un dúo de actores, utilizando recursos teatrales simples e imaginativos.

Fueron elegidas las tres obras políticamente menos incorrectas de las siete que compone el libro de Alfonso Zurro, siendo enlazadas por un rollo de papel higiénico en el que los protagonistas simulan que leen las historias.

Ya antes de comenzar la interpretación oficial, los actores se movían por todo el edificio de Gestión haciendo actuaciones para animar a la gente a ver la obra. La primera fue La farsa del hombre que voló, en donde un criado, Crispín, engaña a su dueño (que es ciego) a creer que es capaz de volar, cambiando la silla donde realiza el salto de lugar, para que el amo piense que ha volado unos metros.

La segunda obra representada fue El farsón de la niña araña, en la cuál un millonario se hace con los derechos de una chica con el cuerpo de araña, Petronila, comprándola a su padre. El magnate, creyendo que su idea de explotar a la niña-arácnida haciendo que la gente pague por verla, ve como al público no le interesa tal evento, liberando finalmente a la muchacha.

La última representación fue La minifarsa de la tragedia de Tirteno, de su esposa Talea y del hijo de ambos, Palonio. En esta obra, el protagonista, Tirteno, creyendo que su mujer Talea, le es infiel con su hijo, Palonio, asesina primero a su hijo, y posteriormente a su mujer. Suicidándose finalmente al ver que su familia está muerta.

Durante la interpretación de las tres obras, los actores se movían con gran dinamismo e imaginación, tanto dentro como fuera del escenario, ya que también usaban al público como protagonista de la historia.

El autor de la obra, Alfonso Zurro, es un dramaturgo, actor y director sevillano, que ha trabajado sobre todo en el ámbito de teatro infantil, contemporáneo y en las vanguardias. Ha recibido numerosos premios, como el Premio ADE o el Premio Ercilla de Bilbao. Sus obras más importantes son: La casa de Bernarda Alba, Pasodoble de Miguel Romero Esteo, y Los borrachos de Antonio Álamo.

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