Laura Durán Bayo. Fuenlabrada.- La Universidad Rey Juan Carlos (URJC), que fue una de las pioneras en implantar el plan Bolonia a algunas de sus titulaciones, se ha visto colapsada durante los primeros días de curso por la confusión en las matrículas. Un mes mas tarde, cuando ha salido la resolución de las reclamaciones, vuelve a haber problemas en gestión, esta vez por la coincidencia de asignaturas en el mismo horario que hace imposible asistir a los alumnos a clase y que parece no tener vuelta atrás. Para tratar de solucionar estos últimos problemas los alumnos recurren al defensor universitario de la URJC, Carlos María Alcover, quien afirma que “Hay que compatibilizar durante unos años los planes antiguos con los planes nuevos y eso trae problemas siempre”.


Pregunta. Carlos María, además de los problemas causados por el tema de los cambios de turno, ahora la gestión de la universidad hace que coincidan varias asignaturas en el mismo horario, ¿Se debe esto a que había más alumnos que plazas y por eso no se les puede cambiar?
Respuesta. No, lo que ha ocurrido es que todos los grupos tienen un cupo limitado de plazas. El problema es que este año ha habido más censura a la hora de permitir los cambios de turnos, ya que los grupos estaban muy masificados, lo que ha provocado quejas por parte de alumnos y de profesores, por qué las clases no se podían impartir cómodamente, por lo que se ha intentado controlar un poco más el tema de los cambios, dando preferencia a la nota del expediente. Teniendo prioridad los que aprueban.

P. ¿Es posible que la universidad no esté preparada para el cambio y le haya venido demasiado grande esta situación?
R. No, lo que ocurre es que hay que compatibilizar durante unos años los planes antiguos con los planes nuevos y eso trae problemas siempre, por eso se están ampliando las instalaciones y los medios para poder compaginar varios planes de estudios. Se ha intentado que los presupuestos económicos aumenten este año para dar cabida a todos los alumnos, pero la situación económica actual no permite ampliar los presupuestos, y para la enseñanza pública no se ha destinado mucho dinero.

P. Si coinciden dos asignaturas en el mismo horario es imposible que los alumnos asistan a ambas, y no se cumpliría el plan Bolonia que obliga a que las asignaturas sean presenciales ¿a qué se debe esta contradicción?
R. No es que no se aplique el plan Bolonia, pero los alumnos tienen que saber que las asignaturas que se solapan van a ser difícil cursarlas. Deben saber de qué matricularse y de qué no, para poder sacar el máximo partido posible a sus estudios.

P. En tal caso, siempre será una elección y los alumnos no tendrán nunca libertad de elegir en que asignaturas quieren matricularse.
R. Ése el problema, que quizá no se ha previsto todavía, ya que acabamos de empezar con este nuevo plan de estudios. Hay que ver como los estudiantes que tienen asignaturas pendientes pueden aprobarlas, si para ello necesitan realizar un trabajo continuo, junto con asistencia diaria. Pero sí se da libertad, aunque se exige mayor eficiencia por parte del estudiante.

P. ¿Ha sido la gestión de la universidad la culpable del descontento de los alumnos?
R. Es posible que sí haya habido problemas de gestión a la hora de las matriculaciones, falta de información, eso sí que es cierto. Hay que reforzar este tipo de servicios tanto para los alumnos como para todos los demás miembros de la comunidad universitaria, ya que todos han tenido problemas de falta de información y sería bueno mejorarlo para saber cuáles son las nuevas reglas.

P. ¿Ha recurrido mucha gente a usted por este tipo de problemas?
R. Sí, aunque aún es pronto para hacer estadísticas, pero he notado mas carga de trabajo. He tenido bastantes casos de reclamaciones este año por el mismo tema, quizá más que otros años.

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